Familia Montiel. Reflexiones, anécdotas, histórias, personajes y más...

Provengo de una familia muy numerosa, grande, y al decir grande quiero decir que cuenta con muchos personajes de diferentes características, los hay gordos y esqueléticos, chaparros, altos o espigados, también hay guapos y artos feos, pero eso si de buenos sentimientos; tenemos gran variedad de hermosas y bellas, muchos somos consanguíneos, y otros tantos con la sangre liviana, razón por la que poco importa en que generación nos unimos, nos queremos igual. Los hay de ambos sexos, con muchos hijos e hijas, o con ninguno, existen los que son primos y primas de otros, y los que por azares del destino se han convertido en tíos y tías de distintas generaciones, sin que para esto exista de ningún modo un rigor cronológico invariable, simplemente son, circunstancias del arribo a esta familia. Hay por supuesto abuelos y abuelitas, unos con mas carácter y gruñones que otros, los hay también con alas que solo vigilan desde el cielo, y otros tantos amielados en el trato y los consejos, los hay viejitos y jóvenes, cascados y cascarudos, que pasaron antes por el rigor de ser padres y madres, y que en su momento fueron nietos también, mensajeros de nuestros antecesores en esta familia en la que recorrer los grados, los adjetivos o las distinciones familiares mencionados arriba, es toda una historia muy particular e intrínseca.

Tengo muchas historias y narraciones en mi mente, tantas como abrazos, caricias y besos que mis tíos y tías me brindaron en la vida, debo decir que ellos fueron muchas veces mi madre y otras tantas mi padre, puedo vanagloriarme como muchos de mis primos de haber tenido muchas mamás y muchos papás, motivo por el cual, estoy lleno de antecedentes que describen el origen de mi familia materna, la única que he tenido y a la que reconosco, motivo por el que elavoro este espacio. Las anécdotas son tantas y tan diversas que me abocaré únicamente a decir lo que recuerdo o lo que más me gusta recordar de mi estancia en esta comunidad apellidada Montiel. No me interesa dar fechas bibliográficas, aunque no me opongo a que los que lean esto lo hagan, de hecho lo agradecería de manera entusiasta, ya que aunque yo las tuviera en la mente no las referiría, me apremia más decir un tanto o un mucho, lo que recuerdo de cada uno de mis tíos y a través de ellos, lo que recuerdo de mis primos, sobrinos y demás familiares que se han cruzado una o más veces por mi vida… Y de este modo agradecer un poco, tanta memoria bibligráfica colmada de aromas, colores, sonidos, sensaciones, aprendizajes y sentimientos. Que se me han brindado por medio de tantos y tantos familiares con los que cuento.

martes, 7 de junio de 2011

MI madre y mis tíos




Mi madre,  Victoria Montiel Rivera, es la más chica de nueve hermanos  que por desgracia para mi ya no están físicamente, pero a los que puedo seguir sintiendo presentes de muchos modos, de diversas maneras; en mi transitar cotidiano por los lugares, casas y calles donde los veía pasar cuando  niño o me los llegaba a encontrar  frecuentemente por vivir cerca de donde ellos vivían. También los puedo mirar, apapachar y charlar con ellos  nuevamente a través de las menciones que aun hace mi madre de  cada uno de ellos, o al saludarme con sus hijos y nietos en algún encuentro casual. Por esta razón no los siento ajenos a mi entorno, para mi están aquí.Así es,  su legado sigue siendo un manto de tejidos complejos que me asombra y maravilla, sin duda fueron muy elaborados en sus manufacturas, tanto como lo fueron en sus diversos oficios, en sus principios y en sus modos de trascender, con trabajos arduos y  resultados encantadores, con una filigrana tan fina que hoy se manifiesta no solo en sus hijos, sino que por fortuna alcanza para hacerse notar en los nietos y en algunos casos, hasta en los bisnietos.
Mi madre siempre me ha dado una versión, su versión,  de nuestra procedencia centenaria y de nuestros antecedentes milenarios, de nuestro ramificado árbol genealógico, el cual en mi cabeza siempre terminó siendo una enredadera in entendible por tanta rama, tanta hoja y  tanto nombre. Recobecos mágicos , provincias encantadoras y añorables, mascotas, apellidos, rios, charcas, frutas, ranchos, haciendas, veredas, trenes y gente que no esta pero si estuvo...
Por esto  recuerdo que siempre que este tema se desahogaba en alguna reunión o convite familiar donde estaban uno o varios de mis tíos o tías, las versiones se aglutinaban en un marasmo  de menciones,  nombres, lugares, años, anécdotas y discusiones que terminaban irremediablemente en el mejor de los casos, en el desvío del tema al cerro del  Cuatlapanga, de tal manera que  yo terminaba siendo la ochentava generación  descendiente  directo de Moctezuma I.  Y luego me preguntaba, pues no que todo se inició en Tlaxcala?.
Y es que así eran  las platicas  de mis tíos, jolgorios fraternos, casuales o predispuestos, tertulias en una visita planeada o platicas y chistes en un encuentro casual en casa de alguno de ellos o incluso en la calle. Y ahí,  sin empacho alguno,  esa maravillosa costumbre de soltar la memoria al aire sin límites , hacer las mezclas pertinentes, un recuerdo de aquel, una anécdota de esta,  una fecha de este y una locación de aquella otra, rematar con un refrán popular que arrancaba las carcajadas de los hermanos y sus familias correspondientes, platicas que siempre en algún momento contenían  una enorme melancolía de todos ellos por su raíces, por sus recuerdos, por su infancia feliz, su crecimiento difícil, y su amor a la vida fácil. Platicas que su único objetivo era mantener la unión, el apoyo, la creencia de que todos eran como uno solo, como la familia.
Conforme pasaron los años ellos se fueron encargando de explicarme la ley de la vida de manera directa, uno a uno , una a una, en diferentes momentos de mi vida me hicieron saber como duele un adiós para siempre, a que sabe todo el amor que te dieron en vida, y lo poco que uno agradece de momento todo eso que te están dando, simplemente, por ser parte de su familia, porque eres hijo o hija de uno de sus hermanos o de sus primos...
Fue en uno de estos eventos de partida dolorosa y triste, la de mi tío Heriberto, la que cimbró la estructura  de la hermandad. Marcaba el declive  en la línea de la vida de los hermanos Montiel Rivera, hacia el  deceso que se determina en la naturaleza por cronología, aunque a la postre no se daría de este modo. Sin embargo este suceso sensible en todos los hermanos y demás familiares, provoco en mi tío Felipe mas cuestionamientos y respuestas aparte de la sentida perdida… Y determino cuestionar… Por que siempre nos vemos y juntamos todos hasta que alguien muere?. Allí llegamos todos a saludarnos , abrazarnos, apoyarnos y estar juntos para soportar una desgracia … Porque  no hacerlo por la gracia de estar con vida, de conocernos,  y saber como son las nuevas generaciones, quienes son los nuevos elementos de la familia, quienes somos los que aun tenemos vida?.
Esto dio sus frutos años después, Mi tío Felipe ya no pudo aparecer en esas primeras fotos de la familia en las escaleras de la parroquia de Huamantla en esa  primera gran reunión familiar a finales de los 70´s. Reunión para la que fue necesario la unión  de un grupo de entusiastas personajes, primos , tíos y esposos de tías y primas, quienes contribuyeron decisivamente en la planeación y logística de este gran proyecto, ¨ La Montielada¨ . Primero de varios eventos de este tipo.
Muchos hemos concluido y sabemos que dentro de estos miembros emblemáticos que planearon este encuentro, estaba el Tío Felipe, ahí, en esas reuniones organizativas que algún día mencionaré mas ampliamente en este medio para intentar, relatar, mencionar o hacer referencia a acontecimientos que sucedieron y se generaron convirtiéndose en espléndidas anécdotas de ese proyecto de las cuales me he venido a enterar últimamente, 30 años después, y que fueron las semillas que ahora nos nutren de maravillosos recuerdos y sentimientos encontrados a muchos de generaciones pasadas, se puede decir que mi tío Felipe, participaba activamente en ese primer evento, desde luego que si, con muchos de los que para entonces, sobrinos, hermanos, parientes y mas, habían partido a algún sitio totalmente espiritual.
Venga pues unos aplausos al Tío  y  porque no a todos los que hemos conformado esta familia...

La boda

Cientos de veces mi madre me dijo de quien era esta boda, pero lo único que recuerdo que es una boda donde están muchos de mis primos  y tíos con los que crecí de niño, por eso los identifico con facilidad, al igual que a mi hermano.